La historia detrás de esta conmemoración está profundamente vinculada a la labor incansable de las Abuelas de Plaza de Mayo, una organización de derechos humanos que, desde 1977, ha trabajado para localizar y devolver la identidad a los hijos de desaparecidos. Se estima que alrededor de 500 niños fueron robados y entregados a familias que los criaron bajo nombres falsos. Hasta la fecha, gracias a los esfuerzos de las Abuelas, más de 130 personas han recuperado su verdadera identidad.
El derecho a la identidad es un derecho humano esencial que no solo implica conocer el nombre y el origen biológico, sino también el acceso a la historia familiar, cultural y social. En el caso de los niños apropiados durante la dictadura, este derecho fue violado de manera sistemática, con el propósito de borrar sus verdaderas raíces y encubrir los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen.
En resumen, el Día Nacional por el Derecho a la Identidad no solo homenajea a las Abuelas de Plaza de Mayo y su incansable búsqueda, sino que también reafirma el compromiso de la sociedad argentina con la memoria, la verdad y la justicia. Esta jornada es un recordatorio de que conocer y preservar la identidad es un derecho irrenunciable que debe ser protegido por el Estado y la sociedad en su conjunto.