La ciudad de Birmingham, cuna del heavy metal y hogar de Ozzy Osbourne, despidió con honores al legendario músico británico en una conmovedora procesión que recorrió lugares emblemáticos de su vida y carrera. Miles de seguidores salieron a las calles para rendir homenaje al llamado “príncipe de las tinieblas”, fallecido el pasado 22 de julio.
Desde tempranas horas, los alrededores del puente de Black Sabbath —donde se encuentra un banco dedicado a la icónica banda— se colmaron de fanáticos luciendo camisetas, chaquetas de cuero y portando mensajes de despedida para el vocalista que marcó a generaciones enteras.
El cortejo fúnebre, escoltado por la policía y acompañado por vehículos con familiares y amigos, recorrió sitios significativos para Ozzy, incluyendo el estadio Villa Park del Aston Villa, equipo del cual era seguidor. Ese lugar fue escenario de su último concierto, “Back to the Beginning”, hace apenas tres semanas, con la participación de bandas como Metallica, Aerosmith, Anthrax y Guns N’ Roses.
Uno de los momentos más intensos se vivió en Broad Street, donde los fanáticos corearon canciones y celebraron su legado en un ambiente más de celebración que de luto. La música de Bostin’ Brass, una banda de metales que interpretó clásicos de Black Sabbath, acompañó el avance del ataúd hasta el puente que honra a la banda.
El cortejo se detuvo en el banco de Black Sabbath, convertido ya en sitio de peregrinación, donde se acumulan flores, velas, fotografías y otros objetos en memoria del artista. Allí, su esposa Sharon, visiblemente conmovida, y sus hijos Jack, Kelly y Aimee depositaron flores mientras el público les ofrecía aplausos y muestras de cariño. En respuesta, levantaron las manos haciendo el símbolo de la paz.
La jornada culminó con un funeral privado, organizado por el Ayuntamiento de Birmingham junto con la familia Osbourne, para despedir de forma íntima a uno de sus hijos más ilustres.





