La ONU confirmó este viernes la declaración oficial de hambruna en la Franja de Gaza, tras meses de advertencias de sus expertos humanitarios. Según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), más de 500.000 personas viven en condiciones catalogadas como “catastróficas”, lo que representa el nivel más alto de inseguridad alimentaria en su escala.
En una rueda de prensa en Ginebra, Tom Fletcher, director de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, señaló que la crisis pudo haberse evitado de no existir lo que calificó como una “obstrucción sistemática de Israel”. Fletcher advirtió: “Esta hambruna nos atormentará a todos. Los alimentos se acumulan en las fronteras mientras la población muere de hambre”.
La declaración de la ONU generó una respuesta inmediata de Israel, que rechazó la existencia de una hambruna en Gaza y calificó el informe como “parcial” y “basado en mentiras de Hamas”.
Más de medio millón de personas en riesgo extremo
De acuerdo con el informe de la IPC, alrededor de 500.000 personas en Gaza enfrentan actualmente una situación de hambre extrema. La organización estima que esa cifra podría aumentar a más de 640.000 hacia finales de septiembre, extendiéndose desde Ciudad de Gaza a zonas como Deir al Balah y Jan Yunis.
La IPC establece que una hambruna se declara cuando al menos el 20% de los hogares sufren escasez extrema de alimentos, un 30% de los niños menores de cinco años padece desnutrición aguda y dos de cada 10.000 personas mueren de hambre diariamente. Los expertos señalan que Gaza cumple con estos tres criterios.
El nivel 5, denominado “catastrófico”, implica que las familias no pueden satisfacer necesidades básicas, lo que conduce a la desnutrición crítica, la indigencia y la muerte.

El impacto del conflicto en la crisis alimentaria
La ONU subraya que la escalada del conflicto en Gaza en los últimos meses ha sido determinante en el agravamiento de la crisis alimentaria. Los enfrentamientos armados provocaron desplazamientos masivos de la población y redujeron drásticamente el acceso a insumos básicos.
En marzo, Israel prohibió completamente la entrada de ayuda humanitaria en el territorio. Aunque posteriormente, en mayo, permitió el ingreso de cantidades muy limitadas, la asistencia ha sido insuficiente para cubrir las necesidades de la población. Esto ha derivado en una grave escasez de alimentos, medicamentos y combustible.
Respuesta de Israel ante el informe de la ONU
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel rechazó la declaración de la ONU, asegurando que “no hay hambruna en Gaza” y que la publicación de la IPC es parte de una “campaña fraudulenta” atribuida a Hamas.
En un comunicado, Israel afirmó que el informe fue “fabricado a medida” para respaldar la narrativa del grupo palestino. El gobierno israelí cuestionó incluso los estándares aplicados por la IPC, alegando que la organización redujo los umbrales de medición en Gaza del 30% al 15%, con el fin de exagerar la crisis.
No obstante, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria es reconocida a nivel mundial como un sistema independiente y fiable para evaluar emergencias alimentarias. La ONU, por su parte, insiste en que el informe refleja datos recabados hasta mediados de agosto, antes de que se agravara la situación en el terreno.

Una hambruna con consecuencias globales
El director de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU reiteró que la hambruna en Gaza no es solo un problema local, sino un desafío que interpela a la comunidad internacional. “Esta es una hambruna que podría haberse evitado. La obstrucción del acceso humanitario tiene un costo que recae sobre miles de civiles inocentes”, dijo Fletcher.
La crisis en Gaza amenaza con convertirse en el mayor deterioro alimentario registrado por la IPC en la región desde que comenzó su monitoreo. Organismos internacionales y ONG humanitarias advierten que, si no se facilita la entrada de ayuda de manera inmediata y sin restricciones, las cifras de mortalidad seguirán aumentando en las próximas semanas.
Mientras tanto, la población civil permanece atrapada entre el conflicto armado, las restricciones al suministro de ayuda y el colapso de la infraestructura básica. La declaración de la ONU busca presionar a los actores implicados para que permitan la entrada de asistencia masiva que evite un escenario aún más devastador.
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