La multinacional COMECA confirmó el cierre de su planta en San Rafael, ubicada en Cuadro Benegas sobre la Ruta Nacional 144. La medida, que se concretó a mediados de agosto, deja a unas 20 familias sin empleo y marca el fin de más de dos décadas de presencia en el sur mendocino.
La fábrica estaba dedicada a la elaboración de envases de hojalata para la industria agrícola y alimenticia. En sus mejores años llegó a tener alrededor de 50 empleados, aunque en los últimos tiempos funcionaba con solo 20 operarios. Con el retiro de la maquinaria que se realiza en estos días, la empresa abandona definitivamente el predio fabril.
La decisión de COMECA responde a un problema de competitividad: importar los envases desde el exterior resulta un 50% más barato que fabricarlos en el país. Este escenario, agravado por la apertura de importaciones y el “dólar planchado”, dejó a la planta sin posibilidades de continuar en funcionamiento.
Contexto nacional y antecedentes
La planta de San Rafael había sido inaugurada en 2003 con el objetivo de abastecer a la industria local. El cierre se suma al de otras instalaciones de la firma en Buenos Aires, particularmente en Monte Chingolo, donde 180 trabajadores también perdieron su fuente laboral.
El caso de COMECA refleja una tendencia que golpea a la industria argentina en los últimos años: caída de la producción, despidos masivos y cierre de fábricas en distintos rubros. La pérdida de competitividad frente a los productos importados afecta especialmente a las pymes y a las multinacionales que intentan producir en el país.
Según fuentes sindicales, la empresa de origen español tiene actualmente su sede central en Costa Rica y viene atravesando dificultades para sostener operaciones en Argentina.
La voz del gremio
El secretario de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) San Rafael, Pablo Blanco, explicó cómo se desarrolló el proceso:
“Aproximadamente unas 20 personas quedaron sin trabajo. La mayoría estaba bajo convenio de la UOM, aunque también había trabajadores de ASIMRA y de servicios tercerizados como seguridad y limpieza. Nos enteramos por los propios compañeros que la empresa les informó del cierre y que los iba a indemnizar”.
Blanco agregó que el sindicato intentó buscar alternativas para evitar el cierre, pero la decisión ya estaba tomada por la directiva internacional de la firma:
“Se trató de mediar, de encontrar soluciones, pero la empresa había resuelto que no había manera de continuar. Nos informaron que era un tema de costos y de imposibilidad de competir con las importaciones. Lo único que pudimos exigir fue que se indemnizara al 100% a los trabajadores, y eso finalmente se cumplió”.
El dirigente señaló además que, a diferencia de otros casos, no se registraron medidas de fuerza ni conflictos gremiales porque la empresa pagó las indemnizaciones en tiempo y forma. Sin embargo, advirtió que el cierre deja una marca difícil en el panorama laboral del departamento.
Un golpe más para la industria local
El cierre de COMECA no es un hecho aislado. Según datos recientes de cámaras industriales, en los últimos meses se han registrado miles de despidos y el cierre de más de 200 fábricas en todo el país. La apertura irrestricta de importaciones y los altos costos internos han llevado a muchas empresas a la inviabilidad.
En Mendoza, la caída de la actividad industrial también se refleja en sectores como el vitivinícola, metalúrgico y de autopartes. La pérdida de puestos de trabajo en San Rafael se suma a otros conflictos recientes en la provincia, lo que preocupa a sindicatos y a autoridades locales.
El retiro de la maquinaria
En los últimos días se pudo observar el retiro de la maquinaria de la planta de Cuadro Benegas, símbolo visible del final de la empresa en la región. El predio, que durante 20 años albergó la producción de envases, queda ahora en estado de incertidumbre. No hay información oficial sobre cuál será su destino ni si se buscarán nuevos inversores que puedan reactivar la actividad.
La salida de COMECA representa no solo la pérdida de 20 empleos directos, sino también un impacto indirecto sobre proveedores y servicios vinculados a la planta. Para los trabajadores y sus familias, la indemnización recibida no alcanza a compensar la incertidumbre de quedarse sin empleo en un mercado laboral cada vez más restringido.
El cierre de COMECA en San Rafael es un nuevo capítulo en la desindustrialización argentina, una problemática que golpea a la producción nacional y que deja a cientos de familias sin sustento.
