Javier Milei abrió una nueva etapa política en su gobierno después de la dura derrota sufrida en las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Este martes, desde las 9:30 en la Casa Rosada, el Presidente encabezó una reunión con su gabinete y anunció la conformación de una “mesa política nacional”, con la promesa de reforzar el diálogo con gobernadores y ampliar la estrategia en territorio bonaerense.
Según informó el vocero presidencial Manuel Adorni, del encuentro participaron Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y el propio portavoz. La novedad fue la ausencia de Eduardo “Lule” Menem, apartado de la mesa tras quedar en el centro de un escándalo de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
Sin cambios pese a la derrota
A pesar de la magnitud de la derrota en la provincia de Buenos Aires, Milei decidió no modificar el rumbo de su gestión. Desde su círculo más cercano aseguran que, al menos por ahora, no habrá cambios en el gabinete.
El esquema de toma de decisiones se mantiene prácticamente igual, aunque con nuevos nombres para las instancias de coordinación política. Habrá tres niveles: una mesa nacional, una mesa federal con gobernadores y una mesa ampliada en la provincia de Buenos Aires.
La estrategia busca mostrar reacción ante el resultado adverso y ordenar el frente interno de cara a las elecciones de octubre. Sin embargo, puertas adentro del oficialismo persisten tensiones y cuestionamientos hacia los responsables de la campaña.
Tres mesas para reorganizar el poder
La primera definición fue consolidar la mesa política nacional, encabezada por Adorni e integrada por Karina Milei, Francos, Bullrich, Caputo y Martín Menem. En paralelo, Milei instruyó a Francos para convocar una “mesa federal” con gobernadores, con el fin de recomponer lazos políticos que la Casa Rosada había debilitado desde el inicio de su gestión.
El tercer espacio será la “mesa provincial ampliada” en Buenos Aires, donde Sebastián Pareja seguirá presente, aunque con un poder reducido. Allí se incorporarán dirigentes del PRO e intendentes bonaerenses como Diego Valenzuela.
Tensiones internas y pases de factura
La derrota bonaerense expuso las internas en la Casa Rosada. Parte del gobierno cuestiona la estrategia de los Menem y Pareja, responsables del armado electoral en las provincias. En Corrientes, por ejemplo, la falta de acuerdo con el gobernador Gustavo Valdés derivó en que La Libertad Avanza quedara relegada al cuarto lugar con Lisandro Almirón.
Los gobernadores también mostraban malestar por los recortes de fondos aplicados desde el inicio de la gestión de Milei. El resultado del domingo terminó de profundizar el distanciamiento y dejó en evidencia la necesidad de recomponer vínculos si el oficialismo quiere recuperar poder en el Congreso.
Gobernadores piden cambios
Mientras Milei reunía a su gabinete en Casa Rosada, los mandatarios del bloque “Provincias Unidas” mantenían un encuentro por Zoom. Participaron Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy), Claudio Vidal (Santa Cruz) y, por primera vez de manera formal, Gustavo Valdés (Corrientes).
Valdés reclamó “más humildad y sensatez” al gobierno nacional y pidió construir una verdadera agenda federal. El desafío para Milei será tender puentes con estos dirigentes sin abandonar su política de ajuste, que el propio Presidente prometió profundizar tras la derrota en Buenos Aires.
Un rumbo sin concesiones
Lejos de retroceder, Milei reafirmó que no modificará la orientación de su gobierno. “No vamos a retroceder ni un milímetro, vamos a acelerar y profundizar el ajuste”, dijo el domingo por la noche, tras conocerse la diferencia de 13 puntos a favor del peronismo en Buenos Aires.
La incógnita ahora es cómo logrará combinar esa postura con la necesidad de negociar con gobernadores y sumar apoyos en el Congreso. La creación de las mesas políticas marca el inicio de esa búsqueda, aunque la estrategia interna sigue marcada por tensiones y falta de autocrítica.
La creación de la mesa política nacional y las instancias de diálogo con gobernadores aparecen como el primer intento de Milei por mostrar reacción tras la derrota electoral en Buenos Aires. Sin embargo, la decisión de no cambiar nombres en el gabinete y de mantener la misma línea de gestión deja en evidencia que, para el oficialismo, el resultado adverso no implica un giro en su rumbo. El desafío inmediato será recomponer relaciones políticas sin ceder en el ajuste, en un escenario electoral cada vez más exigente.
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