Los últimos estudios médicos que le realizaron al rey Carlos III revelaron que el cáncer de próstata que le detectaron en febrero no desapareció. Esta noticia, sumado al rumor que comenzó a circular meses atrás sobre que el Palacio de Buckingham comenzó a preparar su funeral, generó alerta y temor en Reino Unido.
Lo cierto, es que tras los resultados, el equipo de profesionales que atendió al monarca británico, le recomendó que reduzca su ritmo de actividades oficiales y no realice viajes. Por esa razón, desde la corona británica ya comenzaron a pensar en alternativas para reemplazar al rey en sus obligaciones.
Preocupa la salud del rey Carlos III: quién podría sustituirlo
Si bien, el monarca insiste en que se encuentra bien, el gobierno británico considera varias opciones para que Carlos no deba estar presente en las actividades reales. Entre las opciones, se encuentra la posibilidad de que sus consejeros de Estado se hagan cargo de las responsabilidades; instaurar una regencia o que el rey abdique y asuma su hijo, el príncipe William.
Sin embargo, el rey de Reino Unido ha dejado en claro que desea seguir en el trono hasta sus últimos días. Por esa razón, Carlos III puede basarse en la Ley de Regencia de 1937, y delegar funciones a consejeros de Estado, entre ellos su esposa Camilla Parker Bowles y su hijo mayor.
También, pueden ser consejeros las cuatro personas siguientes en la línea de sucesión siempre y cuando sean mayores de 21 años. De esta manera, solo podría ser Beatriz de York, ya que el hijo menor de Carlos, Harry, y el hermano, Andrés, no son miembros activos de la casa real.
La princesa Ana fue hospitalizada por un traumatismo craneal
Elo último tiempo, los problemas de salud han golpeado a algunos miembros de la realeza británica. El rey Carlos III y Kate Middleton fueron diagnosticados con cáncer, mientras que meses después la única hija de la reina Isabel II, Ana, fue hospitalizada tras sufrir una herida en la cabeza.
Debido al golpe, Ana sufrió heridas leves y una conmoción cerebral y se recuperó en el hospital de Southmead, en Bristol, al oeste de Inglaterra.
Sobre lo ocurrido, una fuente contó que la princesa había estado paseando por los terrenos de la finca de Gatcombe Park, donde se encuentra su casa. En las inmediaciones había caballos y su equipo médico dijo que las heridas en la cabeza eran consistentes con el impacto de la cabeza o las patas de un caballo.
