El Tribunal Penal Colegiado de San Rafael cerró este jueves una de las causas más impactantes de los últimos años en Mendoza. El juez técnico Ariel Hernández impuso duras condenas a los tres jóvenes declarados culpables por el crimen de Luciano Gómez, ocurrido en agosto de 2023 en el barrio Pueblo Soto.
Las penas, definidas en el juicio de cesura, fueron consideradas ejemplares por la Fiscalía y confirman la gravedad del caso que conmovió a toda la comunidad.
Facundo Cervera, el principal condenado
La condena más alta recayó sobre Facundo Cervera, quien recibió 28 años de prisión por homicidio simple agravado por la participación de un menor y tentativa de homicidio contra otro joven.
El juez Hernández subrayó que Cervera actuó con extrema violencia y premeditación, en un ataque donde no hubo defensa posible para la víctima.
Alexis Antúnez, 33 años tras la unificación de penas
Alexis Antúnez fue condenado a 26 años de prisión por los mismos delitos. Sin embargo, al unificar la pena con una condena previa de siete años que ya pesaba sobre él, su castigo total ascendió a 33 años de prisión efectiva, la más alta de las tres sentencias.
El magistrado consideró además su condición de reincidente, lo que implica que deberá cumplir la totalidad de la pena tras las rejas.
Yair Orellana, 21 años de prisión
En tanto, Yair Orellana recibió una pena de 20 años de prisión por homicidio simple agravado. También tenía una condena previa de un año, por lo que la pena final unificada fue de 21 años de prisión de cumplimiento efectivo.
Al igual que los otros dos condenados, Orellana fue declarado reincidente, sin posibilidad de acceder a beneficios de reducción de condena.

El crimen que marcó a San Rafael
La madrugada del 19 de agosto de 2023 quedó grabada como una de las más violentas en la historia reciente de San Rafael.
Todo comenzó en una fiesta clandestina, conocida en el ambiente como un “enrosque”, donde la combinación de alcohol, marihuana, cocaína y pastillas derivó en un estallido de violencia.
Según se probó durante el juicio, una simple canción de cancha -“La Cumbia de los Trapos”- fue la chispa que encendió una vieja rivalidad entre hinchadas locales. Luciano Gómez, de 18 años, simpatizante de Atlético San Luis, fue identificado por el grupo contrario de Balloffet, integrado por Cervera, Antúnez y Orellana.
Testigos presenciales relataron que los agresores afilaban cuchillos contra las paredes del lugar antes de salir, mientras lanzaban amenazas. Minutos después, forzaron a Luciano Gómez y a sus amigos Benjamín Vila Berardi y Jesús Álvarez Martínez a salir del lugar hacia un descampado cercano, donde se produjo el ataque.
Once puñaladas y una violencia sin sentido
El ataque fue brutal. Los tres jóvenes fueron acorralados en la esquina de Esquiú y Palau, y agredidos con cuchillos y hierros.
Uno de ellos, Álvarez Martínez, recibió una herida profunda en el abdomen que le evisceró los intestinos y comprometió órganos vitales. Otro, Vila Berardi, fue apuñalado cerca del corazón y se salvó por apenas milímetros.
Luciano Gómez, en cambio, no tuvo escapatoria. Recibió once puñaladas, todas por la espalda, una de las cuales le perforó los pulmones y provocó una hemorragia masiva que le quitó la vida en minutos.
La posterior huida de los agresores incluyó un intento torpe de encubrimiento: quemaron un celular en una estufa a leña y escondieron otros dispositivos para borrar pruebas.

La investigación y el juicio
El caso fue investigado por el fiscal Javier Giaroli, quien destacó la complejidad del proceso y la gravedad del hecho.
Durante una entrevista en LV18, Giaroli señaló:
“Han pasado más de dos años y todavía nos preguntamos cuál fue el motivo. No hay un móvil claro. No fue por celos, ni por dinero. Todo indica que se trató de una agresión sin sentido, casi por diversión. La víctima recibió once heridas por la espalda”.
El fiscal comparó el caso con el de Fernando Báez Sosa, por la “filosofía de la violencia grupal” entre jóvenes:
“Hay una especie de diversión en provocar, en golpear, en contar después a quién lastimaron. Es un fenómeno triste que vemos repetirse”.
Giaroli también destacó la labor del juez Hernández, calificando su desempeño como “impecable”:
“Fue un proceso litigioso, con múltiples intentos de trabar el juicio, pero el juez logró que todo fluyera de forma limpia y pública. La sentencia refleja justicia y firmeza”.
Un cierre judicial, pero no emocional
El fallo marca el final de un largo camino judicial, pero el dolor permanece.
Las familias de las víctimas y de los condenados vivieron la lectura de sentencia con lágrimas.
“Habría que ser muy sádico para sentirse conforme después de ver llorar a una madre o pensar en un padre que saldrá de la cárcel cuando su hija tenga 35 años”, reflexionó el fiscal.
La justicia llegó, pero el vacío que dejó Luciano Gómez sigue abierto en su barrio, en sus amigos y en su familia.
El caso se convirtió en símbolo del peligroso cóctel de drogas, alcohol y violencia juvenil, y en una advertencia sobre cómo una noche de descontrol puede destruir varias vidas para siempre.

Más sobre el crimen de Luciano Gómez
https://lv18.com.ar/juicio-por-el-caso-luciano-gomez-san-rafael-homicidio/
https://www.youtube.com/watch?v=GjFvSe33mtY





