Un 14 de septiembre de 1923, Luis Ángel Firpo perdió por nocaut en el 2° round contra Jack Dempsey, en el Polo Ground de Nueva York y ese día, ante 85.000 espectadores, se escribió una página fundamental en la historia del boxeo argentino.
Fue por aquel controversial y sangriento -hubo ¡9 caídas! en el primer round- combate que en Argentina se conmemora, todos los 14 de septiembre, el Día del Boxeador.
Firpo tuvo un legítimo triunfo entre sus manos cuando sacó del ring al “Matador de Manassa”, quien volvió recién a los 17 segundos y, dicen los que tuvieron presentes en el estadio, lo hizo ayudado por terceros. Sin embargo, el árbitro Jack Gallaher no decretó la victoria del juniense, que se hubiera consagrado campeón mundial pesado.
En el segundo round, a los 57 segundos, Dempsey fue declarado campeón. A pesar de la derrota, Ángel se convirtió en uno de los boxeadores más aclamados de la historia argentina.
Luego de aquella presentación del “Toro Salvaje de las Pampas”, en Argentina se permitió la práctica oficial de la disciplina, que hasta entonces estaba prohibida.