Tras el paso de Navidad, Año Nuevo y la llegada de los Reyes Magos, todos quedamos un poco deprimidos, fruto de unas fiestas terminadas y las preocupaciones que regresan a nuestras mentes, es decir, la vuelta a lo cotidiano. Sin embargo, no hay mejor forma de recuperarnos que dar gracias por lo mucho o poco que hemos conseguido en el transcurso del tiempo.
Lo cierto, es que la gratitud es un sentimiento de aprecio y agradecimiento por las bendiciones o los beneficios que hemos recibido y debemos expresar nuestro agradecimiento a Dios con regularidad por las bendiciones que nos da, y a las demás personas por sus actos de bondad hacia nosotros.
Es por eso, que cada 11 de enero se celebra el Día Internacional del Agradecimiento, una celebración para difundir el valor de ser agradecidos con los demás.
Cabe destacar, que la gratitud es una actitud que enaltece y exalta. Por lo general, la gente es más feliz cuando siente gratitud en el corazón. Cuando nos sentimos agradecidos es imposible que nos sintamos amargados, rencorosos o que tengamos mal genio.
Debemos estar agradecidos por las maravillosas bendiciones que recibimos y las grandes oportunidades que tenemos. Podemos estar agradecidos a nuestros padres, familiares, amigos y maestros. Debemos expresar gratitud a todos los que nos han ayudado de alguna manera.
Sin embargo, el origen de esta efeméride es desconocido, ya que a ciencia cierta no se sabe el origen de esta fecha. Es más, se dice que podría ser un intento de alguna empresa de postales de agradecimiento o greeting cards para hacer publicidad de sus productos.
Difusión de la gratitud
De todas formas, y sin saber el porqué de su instauración en el calendario anual, todos suelen apoyar esta fecha para difundir el valor de ser una persona agradecida con los demás, bien sea con las personas que te hacen feliz, familiares o amigos, o incluso con personas con las que te cruzas día a día, cuando vas al supermercado, a llevar a tus hijos al colegio, o al trabajo.
Es importante tener en cuenta que nunca está de más dar las gracias cuando alguien interactúa con usted, y lo más importante es hacerlo de corazón. Porque, sin lugar a dudas, tiene más beneficios que decirlo por obligación.