Todos los 18 de abril se conmemora el Día Mundial del Radioaficionado con el objetivo de reivindicar el trabajo desempeñado por los radioaficionados que, día a día, prestan un servicio a la sociedad, y que consiste en la transmisión de mensajes para mantenerlos informados de los distintos acontecimientos que se suceden en el mundo, sobre todo en situaciones de emergencia.
La radioafición como la conocemos hoy, comienza su gran auge a partir del gran desarrollo científico y tecnológico ocurrido a partir del siglo XX. El nacimiento de este medio de comunicación fue gracias a la iniciativa llevada a cabo por un grupo de apasionados experimentadores, que con el paso de los años realizaron importantes contribuciones en el campo de la ciencia, ingeniería, industria y sectores sociales a nivel mundial.
A partir de 1.900 se construyeron los primeros transmisores a través de los cuales se podían enviar mensajes en código Morse. Un tiempo después, nacieron los clubes y de allí se originaron de manera más formal las grandes asociaciones de radioaficionados.
Durante las siguientes décadas se realizaron las comunicaciones abarcando grandes distancias, pero fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando hubo un cese de la radioafición. Sin embargo, con los viajes al espacio en la década de los 50, hubo un auge importante después del lanzamiento del primer Sputnik.
En los años 60, la radioafición estuvo más cerca de la era espacial gracias a los satélites creados por los radioaficionados. Desde la década de los 80 en adelante empezaron los verdaderos avances tecnológicos y se comienza a introducir la llamada era digital, donde fue posible que los radioaficionados pudieran mantener contacto de manera directa con un astronauta enviado al espacio.
La puesta en marcha de Internet, significó un gran avance en la radiodifusión y que todavía se mantiene vigente. Hoy es posible el diseño de programas para la comunicación digital y que pueden emplearse también para la radioastronomía.