Diego Peretti está por dar un paso decisivo en su trayectoria: además de actuar, se anima por primera vez a ponerse detrás de cámara con La muerte de un comediante, su debut como director.
La película llegará a los cines este jueves 20 de noviembre, con un lanzamiento simultáneo en 23 salas distribuidas por CABA, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Santa Fe y Salta. Allí podrá verse el trabajo de dirección que Peretti comparte con Javier Beltramino.
El proyecto tiene una particularidad que lo distingue: fue financiado por 10.190 productores que participaron a través de Orsai Audiovisual, la plataforma impulsada por Hernán Casciari. FilmSharks, en tanto, se encargará de su distribución internacional. Peretti no solo dirige, sino que también escribió el guion y protagoniza el filme.
La historia, que dura 94 minutos, sigue a Juan Debré, un actor que dedicó su carrera a interpretar a un héroe televisivo y cuya vida se sacude cuando recibe un diagnóstico terminal que le da apenas siete meses. Decidido a escapar de la realidad, viaja de Argentina a Bélgica para reencontrarse con el héroe de historieta que marcó su infancia. Pero su búsqueda toma un giro inesperado cuando tres jóvenes lo arrastran a una situación tan peligrosa como imprevisible. La pregunta que atraviesa la trama es si ese personaje podrá convertirse, por fin, en el héroe que siempre interpretó.
El elenco incluye a Peretti junto a Malena Villa, Haneul Kim, Marioska Fabián Núñez y Eric Bier.
Consultado sobre el sistema de financiamiento, Peretti comentó que un proyecto tan difícil de clasificar probablemente no habría encontrado apoyo en plataformas o productores tradicionales. Señaló que, gracias al modelo de Orsai, contaron desde el inicio con los fondos y la libertad creativa necesarios para llevar adelante la película sin condicionamientos externos.
Beltramino, por su parte, describió la película como una mirada luminosa sobre la muerte, abordada desde un lugar poco habitual. Explicó que ambos comparten ciertas inquietudes existenciales y que, en su visión, la forma de enfrentar lo inevitable es creando, produciendo algo nuevo, como un modo simbólico de ganarle pequeñas batallas a la muerte.





