En una maniobra que combinó urgencia diplomática con calculada exposición política, Donald Trump interrumpió su participación en el G7 -que se celebra en Kananaskis, Canadá- y volvió a Washington. ¿El motivo? La creciente tensión entre Israel e Irán, que amenaza con desatar un conflicto regional de proporciones imprevisibles.
La decisión fue confirmada por Fox News y replicada por el periodista Lawrence Jones en su cuenta de X, quien aseguró que el mandatario dejó la cumbre de líderes mundiales para «seguir de cerca el desarrollo del conflicto» desde la Casa Blanca, donde ya se reunió con el Consejo de Seguridad Nacional (NSC).
Un mensaje que anticipa el caos
Trump, fiel a su estilo confrontativo, había anticipado su posición horas antes con un mensaje directo:
“IRAN CAN NOT HAVE A NUCLEAR WEAPON. I said it over and over again! Everyone should immediately evacuate Tehran!”
Este tipo de declaraciones -más propias de un estratega militar que de un diplomático- refuerzan la imagen de un Trump decidido a intervenir, incluso antes de que los hechos tomen forma concreta. Con un ojo puesto en Medio Oriente y el otro en su campaña presidencial, el líder republicano vuelve a encender alarmas globales.
Israel elimina a otro alto mando iraní
La tensión no se limita a las palabras. En el terreno, la situación escala con rapidez. Israel confirmó este martes la muerte de Ali Shadmani, jefe del Estado Mayor de Irán, en un ataque aéreo nocturno sobre un centro de mando en Teherán. El operativo fue ejecutado por la Fuerza Aérea israelí con «inteligencia precisa» y «una oportunidad repentina».
Shadmani es el segundo alto mando eliminado en menos de una semana, tras la muerte de Alaa Ali Rashid. Según el Ejército israelí, estas acciones buscan «romper la cadena de mando» iraní, debilitando la estructura operativa del enemigo.
Reacciones globales y evacuaciones urgentes
La comunidad internacional también reacciona. China recomendó a sus ciudadanos abandonar Israel, varias embajadas comenzaron a evacuar Teherán, y se espera un pronunciamiento inminente desde la Casa Blanca con medidas de contención o represalias.
Mientras tanto, los mercados tiemblan, las rutas aéreas se reconfiguran, y el mundo entero se prepara para un nuevo episodio de inestabilidad.
Donald Trump, el G7 y la narrativa de guerra
La decisión de Donald Trump de abandonar el G7 no es casual. Más allá de la amenaza real que representa el conflicto, el expresidente estadounidense vuelve a mostrarse como el líder de acción, decidido y con puño firme. En un año electoral, cada movimiento adquiere una doble lectura: ¿responde a una emergencia o construye un relato de poder?
La respuesta aún no está clara. Pero como ya bien saben los votantes estadounidenses, cuando se trata de Trump, la política exterior siempre puede transformarse en escenario de campaña.
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