“No pasó nada de lo que se ha dicho. Es todo un circo”, manifestó en declaraciones a la prensa alvearense el Dr. Roberto Alonso, abogado del Miqueas Burgoa, el concejal de Guaymallén que el pasado 10 de mayo protagonizó un escándalo –según el acta policial- cuando se lo paró en un control en el distrito de Bowen, luego de participar de una cena con correligionarios.
Las declaraciones de Alonso se dieron en el marco del “trámite” judicial que tuvo que enfrentar Burgoa en el Juzgado de Paz y Contravenciones de General Alvear.
El edil aceptó la responsabilidad del hecho, firmó un puñado de papeles, fue a la sucursal del Banco Nación a pagar una multa por $1.800.000, presentó el comprobante de pago en sede judicial y dijo “chau”. Antes de retirarse del departamento sureño, pasó a buscar el auto (Fiat Cronos negro) en el que se movilizaba esa madrugada cuando arrojó 1,2 gramos de alcohol en sangre.
El abogado defensor afirmó que su cliente es un simple infractor de una norma de tránsito que pagó una multa y allí se le debe poner punto final a la historia.
Resulta curiosa la resolución, dado que en el acta policial, los uniformados hablaron de ostentación de cargo por parte del imputado y sus amigos, quienes indicaron que eran íntimos del intendente de Alvear.
El Dr. Alonso señaló que hay mucho de “interna política” en este caso y recalcó que no hay motivos para que presente su renuncia a la banca del Concejo Deliberante de Guaymallén.
Es importante destacar que, además de la multa, el radical deberá realizar un curso de concientización en un lugar cercano a su domicilio, certificado que puede enviar por correo al Juzgado. “No pasó nada, ahora se archiva la causa”, sentenció el abogado del concejal.
