En medio de amenazas, cambio de votos por cargos y represión a los manifestantes en las afueras del Congreso, el gobierno logró la aprobación en general de la ley Bases en el Senado, aunque con modificaciones en el RIGI, las privatizaciones y la continuidad de la moratoria previsional. La votación terminó 36 a 36 y la que desempató fue la vicepresidenta Victoria Villarruel, que justificó voto y la represión callejera. A continuación, comenzó el tratamiento en particular del extenso articulado. Más allá de eso, los proyectos deberán volver a la Cámara de Diputados, donde el oficialismo podrá insistir con su versión original. Javier Milei, mientras tanto, tenía que subirse al ARG 01 para participar del G7, pero decidió demorar la partida para poder viajar con la sesión resuelta.
El interbloque de Unión por la Patria (UxP) aportó 33 votos en contra. A ellos se sumaron los dos senadores de Santa Cruz: José María Carambia y Natalia Gadano y también el presidente de la UCR, Martín Lousteau.La santacruceña cometió un error al votar y apareció apoyando el proyecto. A viva voz pidió el cambio del sentido de su voto. Se lo concedieron. En tanto, los 36 positivos se alcanzaron con los 7 de La Libertad Avanza, 6 del PRO, 12 de la UCR y 11 de distintos bloques provinciales. Como indica el reglamento, los senadores volvieron a votar y como la paridad se mantenía, llegó el turno de Villarruel que desempató en favor del gobierno.
Con una sonrisa de oreja a oreja lo hizo como si se tratara de una revancha luego que fuera corrida de gran parte de las negociaciones por la Casa Rosada. Antes de anunciar su voto, la vicepresidenta dio un discurso, no permitido por reglamento, donde afirmó que apoyaba el proyecto “por esos argentinos que sufren, que esperan, que no quieren ver a sus hijos irse del país, para esos argentinos que merecen recuperar el orgullo de ser argentinos”. En tanto los senadores de la oposición quisieron impedir que hable. “Si quiere hablar se puede postular como senadora”, le gritó Anabel Fernández Sagasti de UxP.
La facultades delegadas finalmente salieron a favor del gobierno. Gadano y Carambia, después de votar en general, se fueron del recinto. Blanco, que se esperaba que vote en contra de las facultades delegadas, votó a favor. Lousteau y Abad, tal como habían adelantado, votaron en contra. La votación quedó 35 a 35 y volvió a desempatar Villarruel. En los palcos, miraba con atención el vicejefe de gabinete, José Rolandi. Uno de los principales negociadores durante los últimos meses.
La jornada fue intensa. Por la tarde los senadores caminaban por los pasillos de la Cámara Alta tapándose la cara con pañuelos o algunos hasta llevaban lentes y barbijos. Los gases lacrimógenos de la represión en las puertas del Congreso llegaron hasta el recinto. “Es como si se hubiera normalizado que las extorsiones que han recibido muchos senadores fueran normales. No es normal”, dijo la senadora Juliana Di Tullio durante su intervención haciendo referencia al cambio de voto que realizó la senadora neuquina Lucila Crexell por la embajada de la Unesco en Francia.
“Tampoco es normal lo que sucedió en la calle. Mi solidaridad con los diputados que fueron reprimidos abiertamente por la policía”, subrayó y continuó: “Una senadora, que no es de mi bloque, hoy sufrió una intimidación a su familia. La senadora Gadano. Esto tampoco es normal”. Por último indicó: “Sentimos que no es que nos están pidiendo herramientas. Nos están extorsionando para que le votemos herramientas a un presidente que quiere destruir el Estado”.
El martes los dos senadores de Santa Cruz habían hecho tambalear la sesión y hubo peligro de que el oficialismo no tenga quórum. Sin embargo, el presidente de la UCR y el único senador que había presentado un dictamen propio, Martín Lousteau, terminó por garantizar el quórum. Al tomar la palabra, el radical anunció que iba a votar en contra y advirtió que el proyecto tiene “más vicios que virtudes” y finalizó: “Ni máquina de impedir, ni seguidismo bobo”.
Al principio de la sesión, y para evitar que se le caigan varios capítulos, el presidente previsional del Senado, Bartolomé Abdala anunció que el gobierno había concedido varios cambios luego de las negociaciones con la oposición dialoguista. Dijo que en el artículo tres incorporaría que no se podrán disolver los organismos vinculados a la cultura; que en el artículo 6 incorporaría a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) como organismo excluido de la facultad de intervenir; que eliminarían de las privatizaciones a Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina. Por último, el gobierno aceptó suprimir el capítulo que eliminaba la moratoria previsional.
Más tarde, Abdala sumó nuevas modificaciones vinculadas al RIGI. Aunque ninguna de fondo. Con poca claridad, informó que el régimen se recortará a los siguientes sectores: Minería, Energía, Tecnología, Agroforestal e infraestructura. También que habrá un plan de desarrollo para proveedores locales con un compromiso de contratación de por, al menos, el 20 por ciento, y las modificaciones en los plazos del artículo 196. “Los cobros de exportaciones de productos del Proyecto Adherido al RIGI efectuados por los VPU quedan exceptuados en los porcentajes descriptos a continuación de la obligación de ingreso y/o negociación y liquidación en el mercado de cambios”. El 20 por ciento luego de transcurrido un año pasó a ser a dos, el 40 por ciento pasó de dos a tres y el 100 por ciento pasó de 3 a 4. Los legisladores de UxP se enteraban de los cambios en el mismo momento que Abdala los anunciaba.
La jornada en el recinto estuvo marcada por la represión que ordenó la ministra Patricia Bullrich y que, por la noche, fue celebrada por el gobierno nacional. Cerca de las cuatro de la tarde, cuando los camiones hidrantes y los gases lastimaban a los manifestantes, hubo varias detenciones fue por eso que el bloque de Unión por la Patria propuso crear una comisión de senadores que salgan a ver qué ocurría en la plaza de los dos congreso y Maximiliano Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO) y Flavio Fama (UCR) estuvieron de acuerdo, pero sin suspender la sesión. El senador Vischi (UCR) hizo una moción para armar una comisión de dos senadores por bloque para hablar con las fuerzas de seguridad.
Villarruel no quería escuchar el pedido y Eduardo Wado de Pedro le reclamó: ¡Usted me sacó la palabra!. “Expresé la moción, discúlpeme. Yo se que usted reivindica un régimen distinto. Pero esto es un sistema republicano”. Villarruel, enfurecida, lo amenazó “el que quiera retirarse puede hacerlo. No me haga entrar en su historia personal, el que necesita ver qué pasa se retira”. Finalmente la vicepresidenta sometió la moción de de Pedro a una votación a mano alzada para pasar a un cuarto intermedio, pero fue rechazada.
Luego, habló Maximiliano Abad, de la UCR, y sorprendió al adelantar que no votaría las facultades delegadas. “El Gobierno pide facultades delegadas, para eso hay que tener madurez. Este Gobierno se caracteriza por los insultos. Vengo de un partido que no le dio facultades extraordinarias a Kirchner, a CFK, a Mauricio Macri ni a Alberto Fernández. Tampoco lo voy a hacer ahora”, dijo. A él se sumó Lousteau, pero por la ausencia de los dos de Santa Cruz, más el senador Pablo Blanco, que terminó a favor, las facultades delegadas fueron aprobadas.
Se esperaba que, luego de la medianoche, sin un cuarto intermedio, se vote también el paquete fiscal. Si ese objetivo se cumple, la idea es que haya sesión en diputados el miércoles 26. Allí, se corre el riesgo de que el oficialismo vuelva a insistir con la versión original de los proyectos.
Al momento de los discursos de cierre, el titular del interbloque de UxP, José Mayans ironizó sobre el presidente Milei al recordar que “dice que es Terminator, pero me gustaría que le cuenten cómo terminan las tres versiones. En la primera termina con la cabeza aplastada. Se ve que no vio bien, no la entendió o le contaron mal“, comenzó y enumeró: “El segundo Terminator termina derretido y el tercero con una modelo avanzada, no sé si es Karina o quién, los dos terminan matándose. Terminan aplastados los dos. Cuéntenle un poco como es el tema de Terminator a este muchacho“.
El último en hablar fue Ezequiel Atauche, de LLA: “El RIGI es el corazón de esta ley. Ahora, con las inversiones, cada argentino va a ser más rico”, dijo y logró la risa de todo el recinto. Por último gritó: “La vieja política le busca el pelo al huevo para que no se sancione esta ley. El ciudadano tiene razón, si no fuese por la vieja política tendríamos un país increíble”. “Andá cerrando” le pedía con la manito hasta la propia Villarruel, que estaba apurada por protagonizar el momento más importante de la noche: el voto que desempató y salvó la ley de Javier Milei.
Fuente: Página12