La médica clínica Marcela Luján, especialista en obesidad, explicó en LV18 que la enfermedad siempre estuvo presente, pero el crecimiento de su prevalencia encendió todas las alarmas. En Argentina, seis de cada diez adultos tienen exceso de peso y la tendencia también avanza en niños y adolescentes. La obesidad no es solo un aumento de peso. Es acumulación excesiva de grasa que se vincula con más de doscientas patologías, entre ellas diabetes, hipertensión, problemas cardíacos, ACV, cáncer, trastornos articulares y un fuerte impacto psicológico.
Luján remarcó que la ganancia de peso depende de muchos factores: genética, ambiente, hábitos, hormonas, alimentación, sedentarismo y salud mental. Por eso el tratamiento necesita un enfoque multidisciplinario que incluya médicos, nutricionistas, psicólogos, actividad física y en muchos casos apoyo farmacológico.
La llegada de nuevos medicamentos para adelgazar
En Argentina, la semaglutida ya se usaba para la diabetes y ahora se emplea con dosis específicas para tratar obesidad. Según Luján, funciona de manera efectiva y permite descensos del 15 al 20 por ciento del peso. A esto se suma la tirzepatida, que comenzará a venderse y podría alcanzar reducciones cercanas al 30 por ciento.
La médica fue clara. Los medicamentos para adelgazar dan resultados, pero no son magia. Si el paciente no cambia el estilo de vida, no mejorará. Tampoco son para todos. Requieren indicación médica, seguimiento y un ajuste de dosis progresivo. Además, el costo es una barrera. En Argentina, un mes de tratamiento puede costar entre 130 mil y 700 mil pesos y las coberturas no siempre los incluyen.
El respaldo de la OMS y un llamado a garantizar el acceso
La Organización Mundial de la Salud publicó una guía que analiza la evidencia disponible y confirma la eficacia y seguridad de los medicamentos GLP-1, como Ozempic, Wegovy y Mounjaro. La agencia los incorporó a su Lista de Medicamentos Esenciales para orientar políticas de salud y pide que sean accesibles y asequibles para todos.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló que la obesidad es una enfermedad crónica que debe tratarse de manera integral y a lo largo de la vida. El organismo considera que estos fármacos pueden ayudar a millones de personas, pero advierte sobre el mal uso, la venta sin control y el consumo sin supervisión médica.
Un problema global y un mercado desigual
Se estima que más de mil millones de personas viven con obesidad y que para 2030 la cifra podría duplicarse. A pesar del avance de los medicamentos para adelgazar, el acceso es limitado. Solo una de cada diez personas puede costearlos. En Estados Unidos, su uso creció de forma récord. Allí la obesidad bajó por primera vez en una década, mientras el consumo de GLP-1 pasó del 5,8 al 12,4 por ciento de la población en poco más de un año. Pero este escenario no se repite en otros países.
La OMS advierte que sin políticas públicas claras aumentará la brecha entre ricos y pobres. En España, un mes de Mounjaro cuesta entre 208 y 446 euros. En países de ingresos medios, el costo es aún más prohibitivo. La futura producción de versiones más económicas en China e India y la llegada de tratamientos en comprimidos podrían modificar el panorama, aunque se estima que incluso con estos cambios solo una fracción mínima de quienes los necesitan los recibirá antes de 2030.
Qué falta por saber
Las recomendaciones de la OMS son condicionales porque aún no existen datos sólidos sobre la eficacia y seguridad a muy largo plazo. Los estudios actuales cubren un máximo de cuatro años. También hay poca evidencia sobre cuánto mejora el resultado cuando se combinan medicamentos con terapia conductual. Aun así, la OMS insiste en acompañar el tratamiento con alimentación saludable, actividad física y seguimiento profesional.
La mitad de los usuarios abandona los medicamentos para adelgazar antes del año y en muchos casos recupera el peso. Para la OMS es un aviso claro: estos tratamientos funcionan, pero necesitan supervisión y continuidad.
Entre la esperanza y los desafíos
Para especialistas como Marcela Luján, los nuevos medicamentos para adelgazar representan una herramienta fuerte que ayuda a los pacientes a ver cambios concretos y mantenerse motivados. El obstáculo sigue siendo el acceso. Hasta que la cobertura mejore y los costos bajen, miles de personas quedarán fuera de una terapia que podría cambiar su salud.







