La reforma laboral volvió al centro de la escena política con una directiva clara que bajó la Casa Rosada a sus legisladores: avanzar rápido y lograr dictamen antes de que finalicen las sesiones extraordinarias, el próximo 30 de diciembre. El objetivo del oficialismo es llevar el proyecto al recinto en los últimos días del año y conseguir, al menos, su aprobación en el Senado.
Con un calendario ajustado y poco margen para negociaciones extensas, el Gobierno apuesta a dictaminar esta misma semana en comisión. En paralelo, el peronismo prepara una estrategia alternativa con un dictamen de minoría que plantea una reforma laboral diametralmente opuesta a la impulsada por el presidente Javier Milei.
Un cronograma al límite en el Congreso
El oficialismo cuenta con unas dos semanas para avanzar con la reforma laboral. La intención es firmar dictamen entre miércoles y jueves en las comisiones de Trabajo y de Presupuesto, para habilitar una sesión que podría realizarse el 29 o 30 de diciembre, al filo del cierre del período extraordinario.
En ese marco, el martes próximo la senadora de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, sería designada presidenta de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, un movimiento clave para ordenar el tratamiento del proyecto.
La respuesta del peronismo: dictamen propio
Aunque durante las sesiones extraordinarias solo pueden tratarse proyectos enviados por el Poder Ejecutivo, el peronismo avanzó en la redacción de un dictamen de minoría. El texto fue trabajado por el senador Mariano Recalde y la diputada Vanesa Siley y busca dejar sentada una posición política y técnica frente a la iniciativa oficial.
Desde ese espacio califican la propuesta del Gobierno como “regresiva” y plantean un modelo alternativo de reforma laboral con mayor protección para los trabajadores.

Reducción de la jornada y nuevas licencias
Entre los puntos centrales del dictamen opositor se destaca la reducción de la jornada laboral de ocho a siete horas. También proponen paritarias sin límites, el reconocimiento del derecho a la desconexión digital y regulaciones específicas para el trabajo en plataformas.
El texto incluye, además, una ampliación de las licencias parentales para equiparar los días de licencia entre madres y padres, y un planteo para que el salario mínimo, vital y móvil se mantenga siempre por encima de la canasta básica.
La CGT se moviliza y busca apoyo político
La Confederación General del Trabajo anunció una movilización para el jueves en Plaza de Mayo en rechazo a la reforma del Gobierno. Al mismo tiempo, dirigentes sindicales iniciaron contactos con gobernadores peronistas y referentes de otros espacios políticos para equilibrar las negociaciones que el oficialismo mantiene con las provincias.
Desde la central obrera buscan frenar el avance del proyecto y condicionar el voto de los legisladores que responden a los mandatarios provinciales.

Críticas sindicales a la reforma del Gobierno
Cristian Jerónimo, uno de los cotitulares de la CGT, cuestionó con dureza la iniciativa oficial. Aseguró que la reforma “le quita protección a los trabajadores y vulnera derechos individuales y colectivos”.
También apuntó contra declaraciones del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quien afirmó que algunos cambios, como los vinculados a indemnizaciones, tendrían carácter retroactivo.
El cruce por la retroactividad
Jerónimo sostuvo que esas declaraciones confirman advertencias previas del sindicalismo. “Cualquier ley aplica para todos, no solo para los nuevos trabajadores”, afirmó, y habló de un “sincericidio” por parte del funcionario.
Desde el Gobierno evitaron profundizar sobre ese punto, aunque las declaraciones encendieron la alarma en los gremios.

La visión de Sturzenegger sobre la desregulación
Este domingo, Sturzenegger defendió el proceso de reformas que impulsa la Casa Rosada, aunque sin referirse puntualmente a la laboral. Planteó que el eje del cambio no es solo normativo, sino cultural.
Según el ministro, la desregulación busca “sacarle el lastre a un país que había olvidado cómo correr” y cuestionó a lo que llamó la “casta política, empresarial y sindical”. Para Sturzenegger, la libertad y la autonomía generan incomodidad tras años de un sistema artificial sostenido por regulaciones.





