A los 43 años, Carlos Delfino le puso punto final a una carrera de casi tres décadas. Con este anuncio, el alero santafesino cierra un capítulo dorado en la historia del básquet argentino, siendo el último jugador en actividad de la legendaria Generación Dorada.
“Estoy bien, contento, pero ya no juego más. No arranqué la temporada, no estoy entrenando ni corriendo, y eso ya dice mucho. Me cuesta porque veo mucho básquet y lo extraño, pero me siento bien físicamente, y eso no tiene precio”, confesó Delfino en una entrevista con el programa Doble Doble. Entre risas, contó que ahora se dedica a la jardinería y a llevar a sus hijos al colegio, además de pasar más tiempo en Argentina.
Sobre su decisión, fue sincero: “Hace unos meses me encontré poniendo excusas para no ir a entrenar, sin ganas. Ahí entendí que era el momento. Lo bueno es que lo elegí yo, sin una lesión de por medio ni una despedida especial. Simplemente, sentí que ya estaba. Me voy en paz y con ganas de explorar nuevas cosas, como ser entrenador”.
Delfino fue pieza clave en los mayores logros del básquet nacional. Como integrante de la Generación Dorada, fue campeón olímpico en Atenas 2004, medallista de bronce en Pekín 2008 y campeón de la AmeriCup en 2011 y 2022.
Su carrera comenzó en 1998 con Libertad de Sunchales y luego tuvo un paso por Unión de Santa Fe. Rápidamente dio el salto a Europa, destacándose en el básquet italiano con Reggio Calabria y Bologna. Tras su consagración en Atenas, llegó a la NBA, donde jugó para los Detroit Pistons, Toronto Raptors, Milwaukee Bucks y Houston Rockets, convirtiéndose en el cuarto argentino en llegar a la liga.
En 2013, una grave lesión en su pie derecho lo alejó más de tres años de las canchas y lo obligó a someterse a múltiples cirugías. Muchos pensaron que su carrera había terminado, pero volvió a las canchas en 2017, primero con Boca Juniors y luego con equipos europeos. Su último club fue Benedetto XIV Cento, de la Serie A2 italiana.
Con su retiro, Delfino no solo cierra su propio recorrido, sino también el de una generación inolvidable que cambió para siempre la historia del básquet argentino.
