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Consumo: ocho de cada diez argentinos cambiaron sus hábitos por la crisis económica

Por Verónica Iglesias

18 de agosto de 2025
Las liquidaciones son una herramienta para incentivar el consumo
La clase media también percibe con fuerza la pérdida de poder adquisitivo

El consumo en la Argentina atraviesa un escenario de fuerte contracción. Ocho de cada diez personas reconocen haber modificado sus hábitos de compra en los últimos meses, empujados por la pérdida de poder adquisitivo y el aumento constante de precios. El dato surge de un informe de la consultora Management & Fit, que refleja cómo las políticas económicas del gobierno de Javier Milei están reconfigurando la vida cotidiana de los hogares.

El ajuste en la mesa y en el placard

El informe señala que el freno más contundente se observa en la compra de indumentaria y calzado. La mayoría admite haber postergado adquisiciones, reducido la frecuencia o directamente eliminado gastos vinculados a ropa y zapatos.

Pero el golpe más sensible aparece en la mesa familiar. El consumo de carne, uno de los productos más emblemáticos de la dieta argentina, registra un retroceso marcado: cada vez más familias reemplazan los cortes tradicionales por opciones más económicas o, en muchos casos, los eliminan del menú semanal.

El cambio en el consumo no se limita solo a la carne. También se observa un reemplazo sistemático de primeras marcas por segundas y terceras líneas en alimentos, productos de limpieza y artículos de cuidado personal. La elección ya no pasa por la preferencia sino por la necesidad de estirar el presupuesto mensual.

El ingreso que no alcanza

La raíz de este fenómeno está en los números duros. Según la encuesta, un 46,3% de los hogares declara que sus ingresos no alcanzan para cubrir los gastos del mes. De ese universo, el 29,6% llega con “algunas dificultades” y el 16,7% con “grandes dificultades”.

Esto marca un punto de inflexión: la contracción del consumo ya no golpea solo a los sectores más postergados, sino que también alcanza a las clases medias. Estos segmentos sociales, que hasta hace poco podían sostener un patrón de consumo más estable, hoy se ven obligados a adoptar estrategias de ahorro similares a las de los estratos de menores ingresos.

El resultado es un mercado más selectivo y austero, visible tanto en supermercados como en shoppings y locales de cercanía. La caída en las ventas afecta a múltiples rubros, desde la indumentaria hasta los restaurantes, evidenciando que el consumo se ha transformado en un terreno marcado por la prudencia y la resignación.

El 80% de los argentinos cambió sus hábitos de consumo

Rechazo a los vetos del Gobierno

La encuesta de Management & Fit también exploró la reacción ciudadana frente a los vetos aplicados por el Ejecutivo en las últimas semanas. En todos los casos, la desaprobación resulta mayoritaria:

  • El veto a la emergencia por discapacidad cosecha un 67,4% en contra.

  • El veto al aumento de jubilaciones suma un rechazo del 66,5%.

  • El veto al aumento salarial del Hospital Garrahan alcanza un 65,1% de oposición.

El estudio revela que estas decisiones profundizan la polarización política. Mientras los votantes de La Libertad Avanza y del PRO tienden a respaldar al Gobierno, entre los simpatizantes de Unión por la Patria el nivel de acuerdo no supera el 10%.

Una economía en tensión

La fotografía que deja este relevamiento es la de un país en el que el consumo ya no puede sostenerse como motor de la economía. Las familias ajustan cada vez más y la demanda interna se contrae, impactando directamente en los comercios y en la producción.

Si bien la Argentina tiene un largo historial de crisis y adaptaciones, el cambio actual en los hábitos de consumo parece más profundo. La combinación de inflación alta, salarios rezagados y políticas de ajuste genera un escenario en el que los hogares no tienen margen para sostener sus patrones de compra.

A diferencia de otras épocas, la contracción no se limita a sectores populares. La clase media también percibe con fuerza la pérdida de poder adquisitivo y eso se traduce en decisiones de consumo mucho más restrictivas.

Lo que viene

El futuro cercano presenta más incógnitas que certezas. Con un panorama de inflación persistente y sin señales claras de recuperación de los ingresos reales, todo indica que la tendencia a recortar gastos continuará.

La clave estará en cuánto tiempo podrán sostener las familias esta nueva modalidad de consumo y cómo impactará en el entramado económico. Comercios, industrias y trabajadores sienten el efecto directo de un mercado que se achica, y la salida parece lejana mientras no se reactive el poder de compra.

En ese contexto, el consumo se convierte en un termómetro social que refleja con crudeza la tensión entre las políticas de ajuste y la vida cotidiana de millones de argentinos.

Más información sobre «consumo»

https://lv18.com.ar/caida-del-consumo-came-alerta-fracaso-economico-milei/

https://myfconsultora.com.ar/