Alfredo Cornejo insiste en que los municipios tienen que involucrarse en el tema seguridad, señalando con fuerza que empleados municipales tienen que convertirse en preventores. Es decir, civiles con un uniforme y una cachiporra en la cintura. Pero allí no finaliza su discurso, teniendo en cuenta que repite hasta el hartazgo que esos hombres y mujeres contratados por las comunas tienen que llevar una Taser (pistolas que descargan electricidad).
El primer mandatario elogió al jefe comunal de la Ciudad de Mendoza que está siguiendo al pie de la letra todas las instrucciones de la Provincia. En tal sentido, esta semana el intendente de capital afirmó que en un tiempo cercano comprará este tipo de armas eléctricas.
Cornejo añadió que el rol de los municipios es clave en la seguridad de los mendocinos. Palabras que se dan en un contexto curioso, ya que no son pocos los policías que en el último tiempo han decidido renunciar por los bajos salarios.
“Tienen que involucrarse”, insiste el gobernador, en relación a los municipios, cargándolos de una responsabilidad que no está en sintonía con la realidad. Sucede que la Policía está en manos del Poder Ejecutivo y por lo tanto es el encargado de brindar seguridad a la población.
También felicitó al intendente de Godoy Cruz, quien se comprometió a contratar policías retirados para manejar móviles de preventores.
La polémica está instalada porque algunos especialistas en Derecho señalan con todas las letras que las comunas podrían tener serios problemas si empleados municipales, en el rol de preventores, utilizan gas pimienta o pistola Taser para reducir una persona y dicho accionar termina con alguien herido.