Las muertes por frío en Mendoza no son accidentes, son consecuencias directas de la desidia. Con cada cuerpo sin vida encontrado en una plaza o al costado de una avenida, el Estado -y en especial el gobierno de Alfredo Cornejo- confirma su fracaso para proteger a las personas más vulnerables. La tragedia se repite cada invierno, pero la reacción oficial siempre llega tarde, o ni siquiera llega.
Diputados exigen explicaciones: ¿dónde está la política pública?
Esta semana, la Cámara de Diputados provincial aprobó un pedido de informes impulsado por José Luis Ramón (CxC), con el apoyo de otros bloques, que exige al Poder Ejecutivo datos concretos sobre las personas fallecidas en situación de calle. Se apunta directamente a los ministerios de Salud, Gobierno, Seguridad y a la Dirección de Desarrollo Comunitario.
La solicitud es clara: se quiere saber dónde murieron estas personas, cómo murieron, y qué se hizo (o no se hizo) para evitarlo. También se pide acceso a información sobre presupuesto, refugios, convenios con ONGs y medidas ante olas de frío. Todo lo que debería estar funcionando, pero claramente no lo está.
Cornejo guarda silencio mientras la crisis humanitaria se agrava
En lugar de una estrategia preventiva y humana, el gobierno de Cornejo opta por una respuesta reactiva y opaca. El número de personas en situación de calle crece año a año, como advirtió Emanuel Fugazzotto (PV), pero las políticas públicas parecen congeladas, igual que las noches en las que mueren quienes no tienen un techo.
La indiferencia institucional no se oculta detrás de discursos técnicos. Si hay funcionarios articulando con organizaciones, como intenta justificar la UCR, ¿dónde están los resultados? ¿Dónde están los refugios? ¿Dónde está la contención efectiva?
¿Cuántas muertes más hacen falta para que actúe el Estado?
Las bancas legislativas reflejan una preocupación que no se ve en la gestión ejecutiva. Mientras legisladores de todos los espacios coinciden en la necesidad urgente de un abordaje estructural, la administración provincial no ofrece ni datos ni soluciones, solo evasivas.
El pedido de informes no debería ser una formalidad. Es un llamado de atención. Cada muerte por frío en Mendoza es una señal del abandono. De una provincia que invierte más en marketing que en humanidad. Y de un gobernador que se escuda en tecnicismos para no asumir responsabilidades.
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