Todos los 30 de agosto se recuerda en Perú, en el resto de América y otras partes del mundo, a Santa Rosa de Lima, la primera sudamericana en ser canonizada. Se conmemora su fallecimiento el 30 de agosto de 1617, y tiene como objetivo recordar su labor y sus predicaciones.
Isabel Flores de Oliva, llamada Rosa por su madre debido a su belleza, fue una santa católica que perteneció a la orden de los dominicos. Se retiró a temprana edad a una vida de oración y penitencia: hizo una pequeña ermita en su casa, donde solía rezar por los necesitados y aquellos en busca de redención. Su entrega a la vida religiosa y sus actos de bondad trascendieron el Perú y llegaron a otros países.
Tanto fue así que el Papa Clemente X la canonizó en el año 1671, nombrándola como “Principal Patrona del Nuevo Mundo” (en ese momento América), Filipinas e Indias Occidentales. Entre los santos nacidos en el continente americano, Santa Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia Católica.
Sus milagros siguen manteniendo la fe de miles de creyentes, ya que se cree que obtuvo el don de sanar y regresar a los escépticos al camino de la religión. En vida, se encargó de educar a niños y cuidar a enfermos, a quienes atendía como si fueran parte de su familia. También hablaba abiertamente sobre los castigos físicos a los que se sometía, para pedir perdón por los pecados de los hombres y las mujeres.
Hoy en día, es considerada como uno de los máximos símbolos y ejemplos de la conducta moral, por lo que es patrona de las Fuerzas Armadas argentinas, de la Policía Nacional de la República del Perú, la Policía Nacional del Paraguay e institutos educativos, policiales y armados de Venezuela.
La Tormenta de Santa Rosa
En 1615, buques neerlandeses se acercan y desembarcan en el puerto del Callao, con la decisión de atacar Lima. Cuando llega la noticia a la ciudad, Rosa reúne a las mujeres de Lima en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario para orar por la salvación de la ciudad. Subió al altar de la iglesia y puso su cuerpo para defender a Cristo, en medio de huídas de los limeños. Días después, el capitán de la flota holandesa fallece misteriosamente en su barco, lo cual llevó a la retirada de las naves.
En Lima, todos atribuyeron el milagro a Rosa, y por ello se la representa portando a la ciudad sostenida por un ancla. La tradición en Argentina, Uruguay y Paraguay le atribuye a Santa Rosa el origen de la llamada “Tormenta de Santa Rosa” hacia fines de agosto, como un fenómeno natural que logra la huida de los enemigos.