En un contexto de creciente tensión institucional, las sesiones especiales en Diputados convocadas para esta semana marcan un punto de inflexión en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Congreso. Con un temario que pone contra las cuerdas al gobierno de Javier Milei, la oposición busca torcerle el brazo en temas clave: financiamiento universitario, emergencia pediátrica en el Hospital Garrahan, baja de retenciones al agro y el rechazo a los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) más polémicos.
La Cámara baja se convierte en un campo de batalla
La estrategia del oficialismo, basada en acuerdos subterráneos con gobernadores “dialoguistas” para frustrar el quórum, parece tambalear frente a una oposición que aprendió a utilizar el Congreso como contrapeso real al Ejecutivo. La doble convocatoria a sesiones especiales en Diputados –una impulsada por Democracia para Siempre (DpS) y otra por Unión por la Patria (UxP) junto a Encuentro Federal (EF)– desnuda no solo la fragmentación opositora, sino también la desesperación del Gobierno por frenar el debate legislativo.
Universidades, Garrahan y retenciones: temas que incomodan a Milei
Entre los ejes más candentes del temario aparece el financiamiento universitario, una demanda que resurgió con fuerza tras el histórico reclamo del Consejo Interuniversitario Nacional y las movilizaciones estudiantiles. Junto a esto, la crítica situación del Hospital Garrahan, ignorada sistemáticamente por el oficialismo, se convirtió en otro punto insoslayable para los legisladores que buscan declarar la emergencia pediátrica.
Pero el golpe más directo al núcleo económico del mileísmo lo representa el tratamiento de proyectos para la baja de las retenciones al complejo agroexportador. Una jugada inteligente de la oposición para comprometer a los gobernadores de provincias agroindustriales y neutralizar el boicot oficialista.
DNU y poderes especiales: el tiempo se agota para Milei
Uno de los puntos que más preocupa a la Casa Rosada es la modificación del régimen parlamentario de los DNU. La propuesta que se debatirá permitiría que un solo rechazo –de cualquiera de las cámaras– baste para anular un decreto presidencial. De aprobarse, dejaría al presidente sin la herramienta preferida con la que ha gobernado desde diciembre, justo cuando las facultades delegadas por el Congreso expiran el 8 de julio.
La presión oficial y la dignidad institucional
El intento de Milei de frenar las sesiones por la vía indirecta –presionando a gobernadores para vaciar el recinto– no solo es una maniobra desesperada: es una amenaza directa al funcionamiento republicano. Gobernadores como Ignacio Torres (Chubut) o Rogelio Frigerio (Entre Ríos), que se perfilaban como interlocutores racionales del Gobierno, ahora se encuentran en una encrucijada ética. ¿Responderán al chantaje fiscal del Ejecutivo o acompañarán a la oposición en la defensa de la institucionalidad?
La oposición pone límites: una señal saludable para la democracia
Más allá de las diferencias internas, el arco opositor comprendió que el Congreso no puede ser una escribanía del Ejecutivo. Las sesiones especiales en Diputados son una oportunidad histórica para frenar el autoritarismo por decreto, visibilizar el ajuste que impacta en la salud y la educación públicas, y poner sobre la mesa la agenda que Milei quiere evitar.
Porque gobernar no es tuitear. Es rendir cuentas ante el pueblo y sus representantes.
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