En marzo del año pasado, el Gobierno provincial autorizó el uso de plataformas digitales de transporte en San Rafael. En aquel momento se generó cierto entusiasmo en un sector de la sociedad, considerando que se podría tener a mano aplicaciones como Uber, Cabify, entre otras. También despertó expectativa en ciudadanos que vieron en esta decisión una posibilidad de trabajo.
Apenas se conoció la noticia, desde la Asociación de Taxis y Remises del Sur indicaron que este tipo de transporte no iba a funcionar en San Rafael, remarcando que no sería rentable.
Alejandro Maggi, titular de la entidad, expresó en aquella oportunidad que era muy difícil poner en marcha estas aplicaciones porque “el departamento es muy extenso. La geografía es muy aplanada y los habitantes no están concentrados en un solo lugar”.
El empresario siempre aseguró que Uber y otras compañías no tenían futuro en San Rafael, porque se trata de un territorio que nada tiene que ver con Buenos Aires, Rosario o la Ciudad de Mendoza “donde existe una gran concentración o densidad en pocas hectáreas”.
“El desarrollo de esta plataforma no es tan eficiente como es en una capital. Eso consolida nuestro argumento de que no va a tener la rentabilidad que ellos promocionan”, expresó hace poco más de un año Maggi.
No se equivocó, dado que nunca logró instalarse esta modalidad de transporte.
Pasaron los meses y recién en setiembre algunos particulares decidieron incursionar, pero al poco andar la ilusión murió. Ocurre que, al calcular las ganancias, se dieron cuenta rápidamente que se trataba de pocos y estropeados billetes.
Luego de un año de tener luz verde para comenzar a moverse, Alejandro Maggi volvió a referirse al tema: “No logró instalarse, no funcionó por cuestiones geográficas”.